lunes, 18 de agosto de 2008

Citas memorables V

Un poquito de ese apenas conocido actorcillo llamado Al Pacino:

"Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar".

El Padrino (1972)


"Soy Tony Montana, querer joderme a mi, es querer joder al mejor"

Scarface (1983)


"No estás en posición de disentir, niño. Yo tengo en mi mano una .45 cargada, y tú tienes espinillas."

Esencia de mujer (1992)

miércoles, 13 de agosto de 2008

10 libros que han marcado mi vida

Continuando con el tema de ayer, ya he confeccionado mi lista. En otro día cualquiera, puede que esta lista cambiara al menos el orden de alguno de sus elementos. No obstante ahora mismo es la que es y si bien doy por hecho que con el paso de los años muchos de los títulos serán sustituidos por nuevos descubrimientos, también estoy seguro de que alguno de ellos permanecerá perennemente.

Y por último, antes de compartir la lista y despertar un poco de polémica (por favor)quiero recordar que el encabezamiento de esta encuesta habla de los libros que han marcado tu vida, no de tus favoritos o de los que consideras los mejores.

1 Mañana en la batalla piensa en mí (Javier Marías)
2 El rayo que no cesa (Miguel Hernández)
3 Los pilares de la tierra (Ken Follet)
4 La Metamorfosis (Emil Kafka)
5 El último templario (Edward Burman)
6 Cuentos a la intemperie (Juan José Millás)
7 Obaba (Bernardo Atxaga)
8 Fuhrer (Allan Prior)
9 Así habló Zaratustra (Friedrich Nietzsche)
10 Las ratas (Miguel Delibes)

¿Alguien interesado en compartir su propia lista?

martes, 12 de agosto de 2008

Libros, libros, libros

Resulta que este fin de semana en EL País Semanal se ha publicado un artículo con el siguiente contenido:

Los 10 libros que cambiaron la vida de 100 autores españoles.

Básicamente la cosa consiste en que 100 escritores españoles (de los que sinceramente no conozco a más de la cuarta parte) han dado una lista con los 10 libros de la literatura universal que más les han marcado. Después, con la suma de esas listas, se ha creado una especie de clasificación general que debería mostrar algo así como los libros más importantes para la élite literaria nacional.

La verdad es que, como todas las clasificaciones, es sin duda no demasiado fiable. Entre otras cosas porque, siendo en origen de cara al público, ¿qué grado de sinceridad se puede esperar de ella? ¿Cuántos de esos encuestados no habrán sucumbido a la tentación y el miedo de listar tan solo lo que se considera que se debe incluir cuando se les hace una pregunta así? Hay que estar consagrado, o tenerlos muy bien puestos y que por lo tanto la opinión ajena te resulte indiferente, para elegir lo que realmente te dé la gana. Es por ello que, cómo no, el número uno de la suma de todos los votos es El Quijote. ¿Menuda sorpresa, eh? De todas formas la muestra de 100 individuos es lo suficientemente amplia como para otorgarle cierta credibilidad a los resultados.

Este sería el Top ten según los consultados:

1 El Quijote (Cervantes)
2 A la sombra de las muchachas en flor (Proust)
3 La Odisea (Homero)
4 El proceso (Kafka)
5 La metamorfosis (Kafka)
6 Ana Karenina (Tolstoi)
7 Moby Dick (Melville)
8 Cuentos (Chejov)
9 Guerra y paz (Tolstoi)
10 Ficciones (Borges)

Personalmente tengo que decir que esta lista no me representa en absoluto. No digo que me parezca mal, quién soy yo al fin y al cabo para hacerlo. Simplemente resulta que esos libros no solo no han marcado mi vida, sino que muchos de ellos ni siquiera me gustan.

Vayamos por partes. Antes de nada he de admitir que no me he leído los que ocupan el segundo y décimo puesto. Viendo lo visto a lo mejor debería dar una oportunidad a Proust.

Respecto a los otros ocho hay un poco de todo.

Lo siento, pero EL Quijote no me gusta. No me parece gracioso y tampoco una genialidad en cuanto a la forma en que está escrito. No diré que sea malo, ni nada parecido, sino simplemente que me deja muy indiferente. La ventaja de no ser escritor, no ser famoso y saber que no más de media docena de personas van a leer esto es que puedes decir cosas como: No me gusta El Quijote.

Si bien El Quijote ni me va ni me viene, de la Odisea he de decir que me parece insoportable. A lo mejor no soy justo y no la valoro objetivamente, pero es un coñazo.

Mi de debilidad por Kafka es notable, y tal vez La Metamorfosis si fuera capaz de meterse en mi lista. El Proceso va más allá de mi nivel de comprensión y abstracción en cuanto a lo que leer novelas se refiere. No obstante, no seré yo quien me meta con esa obra.

Si bien Tostoi puede no ser tampoco en autor más ameno del mundo, sus novelas me gustan. Guerra y Paz sobre todo. Es cierto que se hace un poco larga (como para no con las páginas que tiene), pero da gusto leerla. Ana Karenina es algo más pesadita, pero la verdad es que el hombre tenía un nivel fuera de toda discusión.

Moby Dick me la leí hace tantos años que me temo que cualquier opinión que pueda dar al respecto no tendría valor alguno. Simplemente comentar que no la recuerdo para mal pero tampoco para bien especialmente.

Los Cuentos de Chejov están bien. También resulta un poco espeso a veces, pero la ventaja de cambiar de trama cada poco tiempo es que no te da tiempo a aburrirte si te encuentras con alguna que no te guste. Sin lugar a dudas se trata de una obra extremadamente recomendable.

Y una vez dicho todo esto lo suyo sería preparar mi lista, ¿no? El problema es que esto no se puede hacer de buenas a primeras. Necesita cierto periodo de reflexión. A ver si mañana o pasado puedo publicarla. Y ojito, que no estamos hablando de la lista de mis 10 libros favoritos, sino de la lista de los 10 libros que han marcado mi vida (hasta ahora, que anda que no me queda por leer).

Una vez que la publique, esperaré con gusto que la despedacéis y critiquéis como he hecho yo con la de El País y sus 100 escritores que, en teoría, tienen más criterio y lecturas a cuestas que yo.

martes, 5 de agosto de 2008

Un día cualquiera

Llegas a la oficina, en tu noveno día laborable consecutivo, pensando en qué se supone que vas a hacer para intentar salir de Madrid un fin de semana en todo el verano. Porque claro, si un compañero se tiene que ir tú le cubres para hacerle el favor, pero luego intentas irte tú y todo el mundo está demasiado ocupado.

Entras en el edificio y, como dos de cada tres días, uno de los ascensores está estropeado. Por el calor, dicen. No te jode, y tanto que calor. En los descansillos peor ventilados del mundo y con un efecto invernadero que permitiría cultivar parte del Amazonas como decoración, debe de haber unos 30 grados a las 10 de la mañana. Hay unas veinte personas (por así decirlo) a tu alrededor que, por supuesto, no dudan en no mantener un orden y en cambio ponerse lo más cerca posible de una de los dos ascensores que sí funcionan. Uno, que es tonto, piensa que quedándose entre ambas, donde está la estropeada, tendrá más posibilidades de coger el que venga. Error. Mientras las gotas de sudor caen por tu espalda ves como los ascensores (que vienen ya medio llenos del parking) tardan una eternidad pero se llenan en seguida con los indeseables que no dejan de llegar. En definitiva, necesitas casi diez minutos (sin exagerar) para poder meterte en uno y llegar a tu planta.

Al entrar recibes una bofetada de aire glaciar acondicionado que te hace plantearte cuántos microclimas diferentes pueden convivir en un edificio de seis plantas. ¿Quién ganaría una pelea entre el león de la planta baja y el oso polar de la cuarta? Y mientras avanzas hacia tu mesa (dejando a un lado la ruidosa obra que llevan haciendo dos semanas para que las cinco señoritas de Recursos Humanos tengan la sala más grande de la empresa), notas como las gotas de sudor que no han llegado a empapar la goma de tus calzoncillos se convierten en pequeñas estalactitas en tu espalda. Piensas que, probablemente, hayas cogido el resfriado más rápido de la historia. Sí, señores del Guinness, ¿han registrado alguna vez un constipado adquirido en 2,5 segundos?

Bueno, aunque estés congelado por fuera, tu organismo todavía no ha tenido tiempo de asimilar el drástico cambio climático (que si bien genera polémica a nivel planetario, en esta compañía es un hecho irrefutable). Así que estás muerto de sed y te diriges a la máquina de bebidas para comprarte un buen botellín de agua fresquita. ¿Resultado? Fracaso total. El agua está caliente. ¿Por qué? Probablemente tenga que ver con el mail que las señoritas de Recursos Humanos (expatriadas quién sabe donde a la espera de tener su despacho-loft) enviaron hace unos días notificando que se habían detectado cortes de electricidad en determinadas zonas del edificio. ¿Y eso? Pues porque la empresa no tiene contratada suficiente potencia eléctrica para todo el tinglado que tiene montado (que vivan las multinacionales superpoderosas). Y claro, la consecuencia es que por ejemplo (y esto era parte del mail en cuestión) si se conecta algo en el enchufe que hay sobre el fregadero, junto a las máquinas de refrescos y café, esa zona sufre un apagón. Deducción lógica: la mafia italiana que se ha hecho con esa esquina de la planta enchufó ayer por la noche una de las múltiples cafeteras que se traen a la oficina, y las máquinas se apagaron, permaneciendo así toda la noche. Y claro, los primeros incautos que deciden comprarse una bebida a primera hora de la mañana, se la tienen que beber caliente.

Junto a la máquina de los refrescos está la de cafés. ¿Y si te coges un café, un té o, mejor aun, un chocolate para animarte un poco? Va a ser que no. Desde que hace unas semanas un compañero se encontró una uña en un café de esa máquina da cierto reparo arriesgarse.

Y a todo esto, este sería un día cualquiera. Uno de tantos como los hay tres, cuatro o incluso siete a la semana. Pero claro, si mientras ibas en el metro has empezado a leerte "La habitación cerrada" de Paul Auster y en la página 17 te has encontrado con esto:

"Había empezado con grandes esperanzas, pensando que llegaría a ser novelista, pensando que sería capaz de escribir algo que conmoviera a la gente y cambiara en algo sus vidas. Pero pasó el tiempo y poco a poco me di cuenta de que eso no iba a ocurrir. No llevaba dentro de mí ese libro, y en un momento dado me dije que debía renunciar a mis sueños"

,cuesta tomarse las cosas con filosofía.