miércoles, 11 de marzo de 2009

Como pollo sin cabeza

Como pollo sin cabeza. Todos conocemos esta expresión y todos sabemos también de dónde viene. Es más que sabido que un gallo o una gallina, una vez decapitado, sigue vivo durante unos segundos y muchas veces se pasea un poco antes de morir.

Ahora bien, lo que yo desconocía era la historia de Mike el asombroso gallo sin cabeza. Y para aquellos que compartan conmigo esta desinformación aquí va una breve explicación sobre este famoso gallo americano de los años 40.

Resulta que el señor Olsen (Lloyd, para ser más concretos) recibió el encargo de su mujer (la señora Olsen, más conocida como Clara) de sacrificar a un gallo para la cena de la noche del 10 de septiembre de 1945, ya que esperaba la visita de su madre. Lloyd, como había hecho tantas otras veces, entró en el corral que había detrás de la casa y eligió un gallo cualquiera de los que andaban por allí. Por aquél entonces se trataba de un gallo anónimo, lo de la fama y el nombre le llegó más adelante.

El buen hombre sabía que a su suegra le gustaba especialmente comerse el cuello de los gallos (para gustos los colores), así que en un esforzado ejercicio para satisfacerla trató de apurar al máximo el corte de manera que la madre de su esposa tuviera la ración de cuello más generosa posible. El problema es que apuró tanto que decapitó a Mike algún centímetro por encima de la nuca (si es que se puede utilizar esa palabra hablando de un animal). El caso es que el gallo no solo continuó vivito y coleando durante unos segundos, sino que después de aletear un rato se tranquilizó y siguió paseando por el corral. El señor Olsen, impresionado, decidió dejarlo estar y eligió a otra víctima para la cena.

No obstante la verdadera sorpresa llegó a la mañana siguiente, cuando Lloyd volvió al corral, localizó al gallo decapitado y, creyéndolo muerto, se acercó a él. Nada más lejos de la realidad. Mike estaba echando un sueñecito (junto a su cabeza, para más cachondeo) y al ser despertado por su dueño volvió a pasearse por el corral como un gallo cualquiera.

El granjero decidió entonces que un animal con tantas ganas de vivir bien merecía un ayudita, así que se las ingenió para poder alimentarlo y darle de beber con un dispensador de gotas. Al poco tiempo decidió acercarse con Mike hasta la Universidad de Utah con el objetivo de encontrar una explicación para ese suceso paranormal que empezaba a convertirse en el día a día de su familia. Los científicos, sumamente reacios en un principio, dieron finalmente con una explicación. El corte de Lloyd había sido lo suficientemente apurado como para mantener junto al cuerpo un pequeño fragmento de cabeza que contenía gran parte de la raíz encefálica, responsable de la mayoría de los actos reflejos del gallo (respiración, sistema nervioso, etc.). Así mismo Mike tubo la suerte de que un coágulo en su yugular seccionada le evitara morir desangrado.

La familia Olsen, consciente de lo que tenía entre manos, decició entonces empezar a sacar provecho de su nueva mascota decapitada, empezando a exhibirla en su Colorado natal para más tarde comenzar una gira por todo el país.

Mike, el asombroso gallo sin cabeza, murió asfixiado (Lloyd no encontró el dispensador de gotas a tiempo para limpiar su esófago abierto) en un motel del desierto de Arizona el mes de marzo de 1946. Había vivido 18 meses sin cabeza.

Y para quien quiera conocer a Mike un poco mejor aquí tenéis unas fotos. Claro que también podéis visitar su página web http://www.miketheheadlesschicken.org/index.php e incluso pasar a formar parte de su club de fans MikesFanClub@miketheheadlesschicken.org.









1 comentario:

Anónimo dijo...

NO PUEDO CREERLO!