miércoles, 1 de abril de 2009

Estambul (yo estuve allí antes que la selección)

Aprovechando que la selección juega hoy un partido en Estambul aprovecho para hacer algo que tenía ya pendiente desde hace unos días. Como algunos ya sabéis hace un par de semanas estuve una semana de vacaciones en esa ciudad y, como hice en su día tras visitar Polonia, me dispongo a compartir con vosotros algunas palabras e imágenes de mi viaje.


Ante todo, y aprovechando que menciono mi anterior excursión Europea, he de decir que el viaje a Turquía ha estado muy bien, pero sintiéndolo mucho no puedo situarlo al nivel de mi experiencia en Varsovia y Cracovia. Su (no)capital es una espectacularmente gigantesca ciudad digna de visitar. La historia del país, su cultura, el contraste, su gente, su comida, su paisaje... hay muchas cosas por las que vale la pena visitar esa frontera euro-asiática. Pero hay algo que la historia de Polonia consiguió y la belleza de Estambul no ha sido capaz de igualar: los sentimientos que despertó en mí. Pero bueno, como ya hablé bastante sobre aquel viaje ahora toca hacerlo sobre éste más reciente. Sinceramente no sé cuántos posts ni de qué longitud dará como resultado esta experiencia, sólo espero no aburriros demasiado.


Por lo pronto sirvan estos párrafos como introducción, a la que acompañaré con la típica foto con bandera que me hago en todos los viajes. Esta vez han sido dos; me quedo con la de la bandera más pequeña, pro aquello de no parecer tan obsesionado, tomada en el ferry que me llevaba desde Europa hasta Asia a través del Bósforo.






Y para terminar este primer post quiero compartir una breve semblanza de Mustafa Kemal más conocido como Ataturk (padre de los turcos).

El hombre en cuestión es el fundador de la república de Turquía y es considerado todo un héroe en su país, cuya gente roza lo enfermizo en cuanto a su recuerdo (se le puede encontrar en monedas, billetes, fotos y cuadros en los edificios oficiales, tiendas y viviendas, etc. por no mencionar el escandaloso mausoleo de Ankara en donde descansan sus restos).

No obstante cuando uno conoce las reformas llevadas a cabo por este héroe de guerra en la hasta entonces inexistente Turquía no puede evitar entender la veneración que le profesan los turcos. Así como el par de... narices que el tipo tuvo par hacerlo (lo de cómo fue capaz es conseguirlo es otra historia, no tan pública y que para los malpensados como yo no deja de tener un componente turbio).

Como decía antes ésta quiere ser una breve y extremadamente simplificada semblanza, así que me quedaré con lo más impactante, los cambios que este militar y primer presidente del país instauró en los 15 años que duró su mandato.

Para ponerse en situación bata con decir que cuando Ataturk comenzó a tomar el mando del país este ni siquiera era tal, sino parte del Imperio Otomano recientemente aplastado por los aliados en la Primera Guerra Mundial. Por supuesto el Imperio, bajo el control absoluto del Sultán, era musulmán a ultranza, con todo lo que ello implica. Eso sí, por aquel entonces (1919) poco quedaba de Imperio, ya que su territorio había sido repartido entre griegos, rusos y franceses. Mustafa Kemal consiguió rodearse en Ankara (desde entonces capital) de fieles a su causa y, en apenas cuatro años, arrasar el ejército griego haciéndoles huir, firmar acuerdos con franceses y rusos para que abandonaran el país y derrocar al Sultán de Estambul. Ahí es nada.


Cimentado su reconocimiento en estos logros (básicamente crear un país cuando todo el mundo lo daba por borrado del mapa) Ataturk se lanzó entonces a la construcción de su sueño: una república democrática nacionalista turca con una identidad propia, secular y europeizada. Lo de democrática no le salió tan bien (se mantuvo en la presidencia hasta su muerte sin que se llevaran a cabo ningunas elecciones. Pero hay que reconocerle todos los demás cambios, que no tienen desperdicios. Aquí una lista de los principales:


•Cierre de las escuelas religiosas y abolición de la shari‘a (ley religiosa) (1924).
•Adopción de una Constitución, el 20 de abril de 1924.
•Prohíbe el fez el 25 de noviembre de 1925, y el velo. Introduce la vestimenta occidental.
•Adopta el calendario occidental (calendario gregoriano) (1925).
•Se introduce un nuevo Código Civil basado en el suizo; este código terminó con la poligamia y el divorcio por repudio, introduciendo el matrimonio civil (1926).
•Elabora el primer censo de población (1927).
•Se sustituye el alfabeto árabe por el latino (24 de mayo de 1928)
•Se declara la laicidad del Estado (10 de abril de 1928).
•La llamada a la oración y las recitaciones públicas del Corán deberán hacerse en turco en vez de en árabe (1933).
•Se concede el derecho de voto a las mujeres y el derecho a ser votadas, pudiendo optar a puestos de trabajo oficiales (1934).
•Se introdujeron los apellidos en sustitución del nombre único de tradición árabe (1934).
•Se proclamó el domingo como día de descanso (1935).


A lo mejor es que yo me dejo llevar un poco, pero a mí me parece sencillamente espectacular. Cosas como sustituir el alfabeto árabe por el latino o cargarse de un plumazo todo lo relacionado con lo musulmán (y sobrevivir a ello) me alucinan.


En fin, que aquí os dejo con una foto del hombre en cuestión (obviamente ésta la he sacado de internet). Probablemente diga una barbaridad por opinar a la ligera, pero no puedo evitar verle como un dictador militar. ¿La diferencia con muchos otros todos ellos despreciables? Básicamente dos: sus decisiones fueron acertadas y murió lo suficientemente pronto como para no echar raíces en su poltrona y empezar a liarla.


2 comentarios:

Inmaken dijo...

(",)
bsts

Jim McGarcía dijo...

Sí señor, con un par. Lástima que Turquía esté desandando el camino y busque recuperar su pasado musulmán. La Unión Europea sigue estando demasiado lejos para ellos.