martes, 7 de abril de 2009

Hasta aquí Estambul.

¿Sabéis qué? Me da mucha, mucha, mucha pereza escribir más posts sobre Estambul. Y como no quiero ir dejando el blog abandonado a la espera de que un día me vuelvan a entrar las ganas, me parece que voy a dar carpetazo el tema y a otra cosa.

La verdad es que todavía me quedaban bastantes historias que contar, como la de los gatos hipersociables que abarrotan sus calles (incluso en el interior de los monumentos) y vienen corriendo a que les acaricies en cuanto les haces un poco de caso. O la del día que utilicé seis medios de transporte diferentes en un solo día (autobús, taxi, metro, tranvía, funicular y ferry). También me quedo sin hablar sobre el Bósforo y sus orillas europea y latina. Así como de los restaurantes con Kebab que sabe a a cordero del bueno, los puestecillos con bocadillo de pescado o los tés turcos (çai) y cachimbas (nergile) de los bares. Tampoco dedicaré mi tiempo a hablar sobre el frío y la lluvia que nos amargó un poco el viaje pero que evitó que nos chupáramos unas previsibles colas interminables en los palacios de los sultanes (tanto el antiguo Topkapi como el moderno Dolmabahçe). O de las vistas panorámicas de 360º que la torre Galata ofrece para hacerse a la idea del gigantesco tamaño de una ciudad de 12 ó 13 millones de habitantes (depende de la fuente). Me fastidia un poco no profundizar en el mundo de los bazares turcos: el de las especias, el Gran Bazar o los numerosos bazares callejeros, menos turísticos pero más auténticos (y baratos).


En resumen, que para ahorrarme todo esto me limitaré al extremadamente largo párrafo anterior y a una serie de fotos que comparto a continuación. Y todo esto porque esta noche me voy de vacaciones de Semana Santa a Santiago y, como decía antes, me da mucha pereza forzarme a seguir escribiendo sobre este pasado viaje.


En ocasiones hay que hacer caso de ciertas citas célebres, sobre todo si son tan agradables de poner en práctica:

“Además del noble arte de hacer cosas, está el noble arte de dejar cosas sin hacer. La sabiduría consiste en la eliminación de lo superfluo” (Ling Yutang)

Y ahora las fotos:

Salida en turco se dice Giris, lo que da pie a muchos carteles cómicos en los lugares de interés.

Gato en el interior de Santa Sofía.

La cisterna de Yerebatan. Probablemente el lugar a visitar más original de la ciudad.

Vistas del Bósforo y la Mexquita Yeni desde el puente Gálata.

Vistas desde la torre Galata.
Otra panorámica desde la torre Galata.
Un puesto cualquiera del bazar de las espacias. Todo colorido y olor.

Vistas de la ciudad desde el ferry, camino a Asia.

Gaviotas persiguiendo el ferry.

Nergile y çai. Hay que aclimatarse a las costumbres del país visitado.

1 comentario:

Miguel Ángel Calmado dijo...

Al final he retomado tu blog bastante tarde y he leído todo Turquía del tirón.
La foto tuya fumando shisha no tiene precio.
Por lo demás, gracias por tu clase de historia turca ya que conocía poco más que era la antigua Constantinopla.
Las delicias turcas no triunfaron mucho entre mis allegados pero ya me ocupé yo de que no se echasen a perder.

Un abrazo y nos vemos la semana que viene!