Respecto a "De porqué odio el hielo y los niños ingleses", es difícil decir a estas alturas cuánto tiene de veraz y cuánto de imaginado. Han pasado 10 años desde los sucesos y 9 desde su redacción, así que ni siquiera yo soy capaz de distinguir con claridad qué sucedió en la realidad y qué creó mi mente. Eso sí, por suerte o por desgracia tengo pruebas que demuestran que, al menos lo más básico de la historia, es cierto:
Y más concretamente, aquí algunas pregutnas y respuestas al respecto:
- ¿Me partí allí la ceja patinando sobre hielo?
Sí, como atestigua la foto y la cicatriz que me acompaña a perpetuidad.
- ¿Sucedió en Inglaterra?
Sí, en un pueblo llamado Chester durante el mes de Julio de 1998.
- ¿Fue culpa de un niño inglés?
Definitivamente sí.
-¿Existe Marina?
No. O al menos no con ese nombre ni con ese "interés" por mi parte. Si bien es cierto que el personaje está basado en alguien presente en ese viaje cuyo nombre ni siquiera recuerdo.
-¿Tuvo esa señorita alguna culpa del "accidente"?
En parte. Es cierto que me convenció para despegarme de las barandillas. Al margen de ese detalle, casi todo lo referido a ella es ficticio.
Y sin más que añadir me despido. Si alguien tiene alguna pregunta más sobre este relato que, a pesar de no gustarme especialmente, siempre ha tenido una gran acogida entre el púbclico (especialmente entre el femenido), preguntad aquí mismo y probablmente seréis respondidos.
2 comentarios:
Vengaaaa valeeee
ahí va mi pregunta:
¿para cuando Murnau?????
:P, ahora que has abierto la caja de Pandora no me puedes dejar así.
besucos enormes
¿Hasta cuando tienes previsto conservar el miedo atroz al patinaje sobre hielo? yo creo que es ya hora de que lo vuelvas a intentar... al fin y al cabo, si las cuentas no me fallan, tienes dos cejas... todavía te queda una!
dIANA*
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